What's in a name?

Todo es pasado. 

Incluso ese momento hermoso que está por venir —y que anhelas más que nada—, pasará por tu lado, arrastrado por la corriente del tiempo sin que puedas asirlo, sin que puedas quedarte en él. 

Todo es pasado. 

Ves cómo se hace grande de camino hacia ti. El momento que tanto deseaste los últimos días se acerca: como un barco que había partido aguas arriba, al fin, empieza a hacerse enorme.

Tiene colores hermosos y brilla. Refleja los más tiernos rayos de un sol que se ha reservado para ese momento. Parece que se detiene, pero la corriente le arrastra aguas abajo, como debe ser. Es tan enorme que todavía lo puedes contemplar un rato. Lo tocas, te lo comes, lo devoras, te devora. Tienes la triste ilusión de que se ha detenido.

Termina de pasar frente a ti y, ahora, de repente, ves atónita cómo se desliza por entre tus manos. Nada puede evitar que siga su curso. Quieres aferrarte, pero es inútil.

Te desesperas, no puedes creerlo. Parece que no llevaras 37 años en esta vida. Así ha sido siempre. 

Se desvanece.
Se empequeñece. 
Ahora no es un barco sino un barquito.
Ya no brilla. 
Ya no distingues sus colores.
Ahora es un punto.
Ahora es pasado. 

Siempre lo fue. 

¿Qué hay en unos ojos verdes?




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